26 de mayo de 2009

La Gran Mentira

Capítulo I

Cuando no se tiene nada y la esperanza en el futuro se cimienta sobre estructuras de barajas usadas y endebles, es inevitable vivir viendo como se desmorona todo lo construido y tener con resignación, que comenzar nuevamente a construir otra esperanza, siempre con esas bases y esa convicción, es por eso, que al vivir de ese modo, cualquier soplo de aire fresco, venga de donde venga y de la mano de quien venga, es la balsa salvadora en medio del huracán de infortunios llamado realidad. Y te dejas llevar por promesas de mejoras cotidianas y te ves sumido en una espiral embriagadora de sueños posibles, es verdad, existe otro mundo donde se construye y las estructuras resisten estoicamente los azotes y los deseos que ayer se negaban. Es por eso y no por otro motivo, que nos vemos capaces de renunciar a todo, de dejar atrás lo que fuimos sin nostalgias y sin remordimientos. De abandonar a los nuestros y los ajenos y empezar una verdadera vida, lejos de allí.

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