Espiral

Existe un sitio
en el que ayer yo te soñé,
un lugar
en el que solo sé decir tu nombre.
Un jardín
con flores robadas al edén
en el que espero verte bien.
Por favor
esta plagaría sobre el papel,
busca el perdón del día, de la noche,
y sin ti
he comprendido que acabaré
deambulando y a merced
de un sin sentido muy cruel.
Eres la espuma y la sal
de mi mar visceral,
en el que me sumerjo en sueños
y dibujo en tu cuerpo
una espiral
donde el pecado inicial
no es el primero.
A tus manos
van las letras que escribiré
con la sangre que me dan las noches
y en tus labios con los míos
incendiaré
tus estadios y tu piel.

Me entrego a tu juego

Llegas a mi
envuelta en deseo
y puedo sentir
que empiezas el juego
tu maldito juego
que me hace sangrar.
No puedo mirar
tus ojos son fuego
me dejo quemar
y ardo por dentro
incendias mi cuerpo
y yo sin tu aliento
no sé respirar.
En la tempestad
de ángeles muertos
te veo bailar
conozco el secreto
que esconde tu cuerpo
y empiezo a temblar.
Mi humanidad
sucumbe a tu juego
me entrego 
y comprendo
que me haces volar.

Morir en ti.

Siento el sudor
que recorre mi cuerpo
cuando estoy en ti,
eres el secreto
que ansío.
No existe dolor,
en ti mi final
se encuentra tan lejos,
eres tan real
que me estremezco.
Un ángel perfecto,
el elixir.
Puedo morir
dentro de tu cuerpo
y me haces revivir
cuando en secreto
vuelves a por mi.
Puedo morir
y en cambio no muero,
puedo y no quiero,
déjame estar aquí
sudando sin tiempo.
Sé que a ti
tus labios de fuego
te piden que estés aquí
jugando en mi cuerpo.
Resistir,
y amarte en el tiempo,
puede que tenga fin,
pero no lo pretendo,
quiero morir en ti,
dentro de tu cuerpo,
dentro de tu cuerpo,
dentro de tu cuerpo,
y así...
por fin ser eterno.

...hoy aprendí...

...sé amar y sé odiar con la misma pasión, la vida y los años me enseñaron que algunas cosas pueden perdonarse, pero eso si y esto no cambia ni cambiará, jamás, en la vida, voy a olvidar quien me ha querido, amado y sobre todo "mentido"... el perdón no borra la memoria de las personas.

Sueño perturbado

Algunos momentos están concebidos en el miedo,
no sabes cual es tu signo de puntuación correcto 
y sufres por no ser tu y tampoco te incitas a reaccionar.
Mueres a cada momento en que cierras los ojos
y te dejas vencer por la oscuridad.
Yo lo sé, viví cuatro de mis siete vidas
al otro lado de los truenos y perdí la fe,
no sabía cual era el momento para escapar.
Alcé la voz por encima del viento atroz
y sucumbí a la dentellada despiadada del silencio.
Paredes de mármol de siete leguas de alto
con uñas mortales clavadas hasta sangrarme
me obligaron a aprender a observar,
no era yo quien agonizaba en esa celda impenetrable
era mi voluntad, que entregada a la desesperación
sucumbía como la llama de una vela 
en medio de un huracán ensordecedor de plegarias vacías.
Marchito de alas abrí los ojos a la luz y ésta ya no estaba,
todo era sombra, la torpeza de mi pensar atrofiado
me revelaba el instante de locura próximo 
fui presa de mi propio yo, que desde las sombras, 
desde el claustro que a base de malogrados recuerdos
yo mismo forjé, me miraba indolente y fui incapaz.

Fundirme en tu luz.

En tus ojos,
encuentro el alma que me domina,
que me induce a pensarte.
La intensidad 
con que ellos me miran
me obliga a desear
fundirme en tu sangre
y ya no regresar.
Un instante de tu aliento
recorriendo mi piel
me convertiría 
en el manantial de deseos urgentes
murmurados tímidamente
desde el amanecer,
hasta el despertar de nuestros cuerpos
fundidos por la intensidad de la luz
que desde tus ojos anhelo.

mAr

El mar que contienes en tu nombre
   cela y cautiva todas mis edades.
Tu marea,
abandonó los muelles donde quise ser
en ti,
obligándome a un semblante
adusto y desdibujado.

Camino a la nada

Secuencia final
de un instante que muere,
abierto a los ojos desesperados,
al cielo gris que suda dolor,
que llora luto,
inundando así
un camino que no será
rumbo a lo que pudo.

13DIC2012

Lo que de mi ves no es lo que en realidad soy, lo que soy habita en mi interior, no en la superficie.

03DIC2012

Abrí los ojos a la vida y la vida ya no estaba. 

oAsIs

En el instante oculto,
tu voz,
como un río de lágrimas amargas
ha dejado de golpear
contra las costas de mi comprensión.
Has tensado su límite
con abnegada tiranía,
como si la vida misma
se te fuera en ello
y el chasquido seco 
que tan sólo duró un segundo
al romperse,
nos sorprendió a los dos.
Te vi caer
al tiempo que te alejabas
y fui incapaz.
Y hoy,
que la vida me insta a verte,
apenas queda luz,
tan solo sombras,
sin vestigios de nosotros.
Apenas nada de lo que fui 
me basta para intentarte
y juego en el barro intolerante
donde hasta ayer,
habitaba tu oasis.