El jardín despiadado
en el que tejo mis sueños,
anoche,
volvió a pronunciar tu nombre
y ya no pude despertar.
No quise,
esa es la verdad.
Te abracé
en un remolino de alas
y todo mi cuerpo
se estremeció,
te recordaba
y el perfume de tu sudor
sacudió mi alma
a espasmos controlados
a corazón en mano
a nostalgia desterrada.
en el que tejo mis sueños,
anoche,
volvió a pronunciar tu nombre
y ya no pude despertar.
No quise,
esa es la verdad.
Te abracé
en un remolino de alas
y todo mi cuerpo
se estremeció,
te recordaba
y el perfume de tu sudor
sacudió mi alma
a espasmos controlados
a corazón en mano
a nostalgia desterrada.
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