30 de octubre de 2012

Sueño 5

El jardín despiadado
en el que tejo mis sueños,
anoche,
volvió a pronunciar tu nombre
y ya no pude despertar.

No quise, 
            esa es la verdad.

                  Te abracé 
en un remolino de alas
         y todo mi cuerpo
se estremeció,
                te recordaba
y el perfume de tu sudor
           sacudió mi alma
a espasmos controlados
       a corazón en mano
nostalgia desterrada.

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