29 de octubre de 2012

Sueño 4

Necesito que regreses
envuelta en alas
y decidas descansar
tus tempestades en mi.
Mi reloj interno
esta vez no se detiene,
marca, dolosamente
los minutos de ausencia.
Hijo de la nada me llaman,
a mi,
que lo dejo todo,
a mi,
que supe de tus ojos
y tus besos
y tu vida,
a mi,
que por ti,
conocí la pasión del fuego y los océanos
que tu pelo 
y tus ojos representan.
Yo te sentí latir,
tan llena de vida
que me dolía
y te amé por eso.
Hoy,
las palabras son lágrimas,
porque después de saberte,
el resto es nada,
porque después de ti
y sólo después de ti
comprendí la calma.

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