5 de junio de 2009

La justicia es ciega y prostituta...

En estos días que corren me di cuenta, no sin algo de cierta tristeza, que ese tópico de que a la gente con bajos recursos la ley no la ampara, es verdad, por lo cual, lo de tópico sobra, la ley está hecha por y para los que más tienen.
Ya sé que no descubro nada nuevo y que esto no debería sorprenderme, uno lo sabe y lo habla hasta que lo vive y es ahí cuando todo cobra otra dimensión. Porque es fácil comentar la desgracia ajena y decir obviedades, pero cuando los huesos que crujen son los tuyos, ay amigo, la cosa cambia, la figura del che Guevara se nos hace pequeña ante la vorágine revolucionaria que nos brota desde el alma. Toda acción es poca.
Vivimos en una sociedad globalizada, estructurada para que aquellos que nos manejan, no tengan en ningún momento la sensación de debilidad y falta de control, del cual alardean y hacen uso hasta el abuso sobre nuestra persona. Nos tratan como a marionetas de quita y pon, juguetes con una misión específica, engordar sus arcas a costa de un sacrificio no bien pagado en la gran mayoría de los casos y una vez hayamos saciado sus intereses, con ostentosa impunidad, nos mandan a engrosar las filas del paro, sin ningún tipo de remordimientos, ninguno, dejándonos encima, a deber la nómina y qué hace la justicia ante tal atrocidad, nada, absolutamente nada, te disuaden de poner la denuncia alegando que el empresario al tener otro poder adquisitivo, evidentemente muy superior al nuestro, podrá costear los gastos del juicio y que uno, perdería más dinero en el proceso del que se le adeuda. Conclusión, vivimos en una sociedad que obliga a los trabajadores a lamerle el culo a los empresarios, a vivir sometidos a los designios de unos crápulas sin escrúpulos que se vanaglorian de tener a sus empleados cual rebaño de corderos, temerosos de no molestar al pastor, no vaya a ser cosa que este nos deje sin la ración de heno y no tengamos que darle de comer a nuestra familia. ¡¡DA VERGÜENZA, DA MUCHA VERGÜENZA!!

1 comentario:

  1. No me explico porque lo injusto se hace pasar por justo amparandose en la puta ley. Por eso a veces la solución pasa por empuñar el rejón de la muerte.

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