6 de junio de 2009

Al mi querido Capitán

Son tantos años sin el negro Olmedo y tanta tristeza, que la brecha del alma en vez de acortarse, se hace cada vez más inmensa. Nos dio tanto de un modo tan nuestro y por nuestro digo cercano que hace que duela aún más. Desde Joe Bazoka, personaje que no tuve el placer de conocer por mi corta edad, pasando por mi querido, entrañable, adorable y admirable Capitán Piluso, hasta el mano santa, este ser camaleónico, eterno aprendiz de payaso, (madurar no iba con su personalidad) nos regaló infinidad de noches frente a la tele disfrutando con su ingenio. Actor amante de la improvisación, nos deleito con perlas salidas de la genialidad de su capacidad de adaptación. No habrá otro, no osará nadie ocupar el espacio que dejó en el humor argentino, el respeto que se guarda a su legado es inmenso, por eso nadie intenta ocupar su lugar, es de él, de nadie más. Es único y fue el primero en casi todo, por eso, cuando nos dejó, marcó un antes y un después en la manera de hacer humor en argentina. Nunca olvidaré el día de su muerte, nunca olvidaré su trayectoria, nunca dejaré de reír, cuando lo vea aparecer con su remera a rayas, sin gomera colgando del cuello y su gorrito pescador calzado en la cabeza, te quiero Capitán, sos de esas personas que no hace falta conocer en persona para saber que se las quiere. Un abrazo y un beso, Damián.

Esta canción la compuso el insufrible de Fito Paez, es de las pocas cosas que merece la pena escuchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí, gracias.