27 de marzo de 2014

Absurdo yo

Entre mi absurdo
y tu drama te conocí.
Mientras deambulaba perdido
entre las estrellas olvidadas,
derrotado por la costumbre,
absorbido por las luces y sombras
de algún decadente cabaret.
Te conocí.
Fuiste la llave 
a las puertas olvidadas
que me habitaban.
Con tu sonrisa
sanaste las heridas
del alma que sucumbía
entre la bruma de la nostalgia
y fuiste en mi un todo,
lleno de luz, de elegancia,
de buenas palabras.
Y creías
sabías que esta vez si
y yo
absurdo yo,
ciego,
amputado de palabras,
labriego de la sin razón
te empujé a partir
y te fuiste
y no supe reaccionar,
fui incapaz de contenerte,
te forcé a escapar
y escapaste,
con la razón por bandera,
hiriente verdad por absoluta,
en un intento de proteger
aquello que yo,
absurdo yo,
no supe,
aquello que amé y aún hoy amo,
todo tu ser,
toda tu paz,
la luz de tu sonrisa.
Hoy ya nada me calma,
se apagaron de un chasquido
las luces de esta escena
y en esa oscuridad
de mi teatro derruido
me quedo esperando la nada,
dolorosa por merecida,
agobiante, asfixiadora,
con la triste esperanza
de que algún día
me pidas volvernos a ver.-

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