3 de diciembre de 2011

Sin artificios

Seré la eternidad
o el elixir que contiene el instante,
ya nadie me verá
cuando por fin las cornisas me abracen.
No quiero vuelta atrás
ni siquiera oír el eco roto
de tus lagrimas cuando me llamen.

No. Déjame ir, deja que me escape,
Es que por fin comprendí que solo somos carne.
Solo enferma carne.

La fiesta empezará
y el dolor de la ciudad que arde
me devolverá
al mar donde mi sangre se convertirá
en la espuma que beberás con hambre,
con despiadada hambre.

No. Déjame ir, a donde no haya nadie.
El dolor en mi ya no es artificial, es desgarrante.
Mi mente lo sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí, gracias.