23 de noviembre de 2011

...DaGaS dE mEtAl

Todo el mundo sabe distinguirse entre los vivos,
menos yo,
que aprendí a observarme en cementerios de cristal.
Sé,
que no es lo mismo muerto que dormido,
que no debo entrar en la espiral
de querer ser algo más allá
de mi realidad
o mi posibilidad de sangrar.
Sangro
y sueño ser un río
surcando el recuerdo de aquel mar
que me cobijará al llegar
a la inmensidad de su caudal
de sangre derramada
y sin mirar
me recibirá
como quien recibe a su propio hijo.
Entiendo,
que no es lógico darse por vencido
aunque mis venas, cabalguen hacía precipicios
perforadas por dagas de metal
de apenas un milímetro.
La sabiduría de volar
con alas de fuego
y tempestad de soledad
he de probar
cuando todos se hayan ido
y mi mente comience a contemplar
que al fin estoy
solo
frente a mi propio destino.

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