12 de enero de 2011

OTITIS

Cuantas veces hemos pensado en voz alta y un oído inoportuno, se hizo eco del mismo y lo dio por verdad, a él, que solo quería ser el esbozo de una idea, de algo tan íntimo que no eramos capaces de contárnoslo a nosotros mismos y ese oído ruin, ese mercader de malas nuevas, no comprende, claro está, no le interesa, que ese pensamiento jamás saldría de nosotros, que por más que desesperáramos las palabras no saldrían de nuestras bocas, porque uno, ante todo, no busca hacer el mal, pero ese oído si, clava la daga en el costado y luego lame la herida como un cachorro asustado que no comprende como puede en el mundo caber tanta maldad. Hijo de puta, oído traidor, maldito embustero, ojalá te reviente una otitis. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí, gracias.