11 de abril de 2011

Una noche más

Ayer volví,
por los mismo derroteros de siempre.
La esperanza, de napalm 
precipitada, desvencijada, aclamada, hiriente,
explota en mi, en mi,
que a esta altura de la vida
miro indolente a la muerte
que bebe de mi necedad,
de mi incapacidad creciente
para iluminar los espejos
que reflectan mi otro yo,
tan primario, 
que oculto en mi baúl cerebral
con candados de fuego robados al infierno.
Y sigo sin remedio, una noche más,
la de ayer, en que volví,
por los mismos derroteros.

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