Volveré a nacer
antes de que ella me encuentre.
No hay resquicios de libertad
bajo este cielo gris
que me margina y me obliga
a nadar entre serpientes.
Por el desierto andaré
de mi cerebro indolente
los escorpiones serán
el disparador secuencial
de la idea voraz
aguijoneada
desde el huracán
hacia tus ojos inertes.
De barro seré
cuando no haya nadie conmigo
y ese reptar por la tierra,
esas heridas salvajes traerán,
la luz de un sol
que secará los delirios.
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