18 de febrero de 2011

Furtivo

Que tristeza me produce cuando noto que alguien estimado, de la noche a la mañana te aparta de su vida sin más explicaciones que el vacío que deja en el sitio que ocupaba hasta ayer y uno, torpe y distraído, ocupado con algunos asuntos del día a día, no percibe ese vacío hasta hoy. Cada uno es libre de actuar según considere oportuno y conveniente para sus intereses personales, pero me parece injusto dejar vacíos los lugares que nosotros le ofrecimos en su momento para que ocuparan en nuestras vidas y no digan al menos adiós, hasta pronto, hasta nunca, lo que se deba decir, lo que sea, pero el silencio no, porque uno se siente abandonado cuando no median palabras de despedida, la buena fe tambalea y otros, los que vendrán, podrían ser receptores de nuestra desconfianza y no quiero, no lo hice nunca y no lo haré, nadie pagará la tristeza y el desconcierto que otros me infringieron, no soy así, no me enseñaron eso, pero aunque los que vengan no noten el hueco que van dejándonos en el alma, él estará ahí, recordándonos amargamente, que alguien a quien valorábamos, algún día, decidió escapar en silencio, por la puerta de atrás.

1 comentario:

  1. Aunque esté mal esa actitud cobarde de desaparecer, la entiendo, porque alguna vez me he ido de la vida de alguien por la puerta de atrás (como dices), es de pobres personas pero lo entiendo...

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