9 de abril de 2014

Mi reloj

Ya vez
caí en el error,
mis pies no tocan el suelo.
El cielo es encantador
con esmeraldas de fuego.
Ahora ya no importa,
voy por la ciudad
donde el calor,
va fundiendo neuronas
a las ordenes de algún dios.
Aprendí
y jugué al amor
en casas para el delirio,
mi trofeo fue el resplandor
que me invitó a los vicios.
Mis venas no soportan
otra intromisión
¿y qué hago yo?
las hundo en la agonía
de no saber ni quien soy.
Ya vez
caí en el error,
mis manos no son el sitio
en el que busca tu dolor
sustento de polvos blancos.
Ahora ya no importa,
busco en la ciudad 
otra razón
y a ver si así las horas
abandonan mi reloj.

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