Rasgué mi sueños,
creyéndote en su interior,
deshice la calma para hacerte un lugar,
empeñé mi último aliento, por ti.
Y nada,
la abrumadora nada
me observaba
desde los sitios que elegí
para comenzar nuestro quizás.
creyéndote en su interior,
deshice la calma para hacerte un lugar,
empeñé mi último aliento, por ti.
Y nada,
la abrumadora nada
me observaba
desde los sitios que elegí
para comenzar nuestro quizás.
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