3 de diciembre de 2009

HAIDAR...

Nadie es poseedor de la verdad absoluta y eso no es un misterio, hay quienes en plena lucha por imponer sus ideas gritan creyendo, erróneamente, que así, su verdad cobrará una dimensión tal, que todos caerán rendidos ante ella y asentirán, con gesto arrepentido, ante el salpicré de salivazos propinados en la exposición. La verdad es una, la verdadera. Sé que parece tonto el comentario, pero es que no tiene más vueltas, solo existe una sola verdad ante cada echo y la verdad no admite moldes, modificaciones ni alteraciones en su forma, ¿se puede suavizar? desde luego que si, pero nunca se podrá variar. Ella es como es y sí, escuece, como el vinagre en las heridas, pero ella es así y hay que aceptarla. Por eso cuando veo a determinadas personas, intentando cambiar el mundo imponiendo su lucha como la verdad absoluta, llegando a involucrar a las personas de buena fe, a los medios de escueta moral, de extinta credibilidad y sedientos de catástrofes, me da por preguntar, ¿Por qué de ese modo? ¿Por qué con amenazas de "o hacen lo que quiero o me dejo morir? No lo entiendo, ¿creemos en realidad que a alguien de los que debe preocuparles le preocupa?, ¿Cómo nos podemos llegar a creer tan trascendentes para cambiar el curso de la historia con una pataleta de niño de diez años que grita, NO QUIERO COMER? Reconozco que determinadas cosas deben cambiar, sé que el colonialismo no es compatible con el siglo en que vivimos, también sé que se debe hacer algo, pero no esto, pero no así, pero no tan solos.

Buena suerte Haidar en tu cruzada, de corazón te la deseo, pero en el fondo creo que en realidad, sabés que pedís un imposible y que en realidad buscás otra cosa.

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