No sirve de nada quejarse por aquello que no fuimos o no hicimos en la vida, al menos si no hemos puesto empeño real en conseguirlo y si lo pusimos y no resultó, tampoco debemos quejarnos, intentar algo pese a no lograrlo, también es válido.
Pero no debemos dejarnos hundir por aquellos a los que la vida les fue puesta en bandeja de plata y obtener logros no les resultó un trastorno ni un agobio, puesto que tenían a parte de la familia a su servicio para hacer que su campo fuese de orégano, a otros no nos resultá tan fácil. Tenemos la familia, su amor, pero eso no paga carreras. Infelices ellos que se creen mejores que nosotros, infelices ellos que tienen y no recuerdan porque.
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