No me despiertes de esta inconsciencia.
Nada me duele cuando soy un extraño
a la deriva en el mar de mi propio cerebro.
Disfruto cada suave gemido de mi cuerpo
cuando se cuestiona:
¿Por qué aún es?
¿Por qué no duele, si todavía late?
No me regreses al mundo.
Dejame navegar por esta dulce inconsciencia,
por la cual vos no darías nada
y yo dejaría la vida.
del libro: "No todas las palabras"
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