Mujeres cantando en las orillas de mis deseos,
sin más ropas que mi piel,
rinden culto al dios del fuego
y en su hoguera incendian mi renacer.
No soy nada si no soy ellas.
Apenas lágrima,
la contracción labial de lo no dicho,
la arena, la espuma, el mar,
apenas retal de lo acontecido
apenas bruma
a penas sal.
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