Ayer volví,
por los mismo derroteros de siempre.
La esperanza, de napalm
precipitada, desvencijada, aclamada, hiriente,
explota en mi, en mi,
que a esta altura de la vida
miro indolente a la muerte
que bebe de mi necedad,
de mi incapacidad creciente
para iluminar los espejos
que reflectan mi otro yo,
tan primario,
que oculto en mi baúl cerebral
con candados de fuego robados al infierno.
Y sigo sin remedio, una noche más,
la de ayer, en que volví,
por los mismos derroteros.
por los mismo derroteros de siempre.
La esperanza, de napalm
precipitada, desvencijada, aclamada, hiriente,
explota en mi, en mi,
que a esta altura de la vida
miro indolente a la muerte
que bebe de mi necedad,
de mi incapacidad creciente
para iluminar los espejos
que reflectan mi otro yo,
tan primario,
que oculto en mi baúl cerebral
con candados de fuego robados al infierno.
Y sigo sin remedio, una noche más,
la de ayer, en que volví,
por los mismos derroteros.
Me encantó. Yhj.... sigo oculta en mi baúlcerebral.
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