yo, cansado en la esperanza
ante tanta masacre injustificada,
posaré mis ojos en el camino
y sonreiré
pese al dolor
la sangre
y el exterminio
que trágicamente haya cometido,
porque soy
ante todo
una víctima más
cuyo sino
es sembrar venganza
y cosechar vacíos.
Me duele ese corazón
que en mis manos
rezuma la tibieza de la sangre
casi viva
impotente
de verse rodando por la tierra
ante los ojos impávidos de su dueño
que no se resiste
porque no comprende.
Llevo la vida en una mano
y en la otra empuño la muerte
ante mi
no hay corsarios
me protege el indolente.
Por eso
cansado en la esperanza
me centro en el camino
voy rumbo a otra ciudad
de dichosos muertos
y apenados vivos.
Damián Vallejo... (todos los derechos reservados)
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